Mi postparto
Mi postparto fue tan bello y tan caótico, por una parte, estaba naciendo como mamá, conociéndome y conociendo a mi bebé, de pronto llegó un ser que requería de toda mi atención, que quería pasar horas pegado al pecho, que no me dejaba levantarme al baño o a comer.
Cansada y desvelada, pasaba horas y días en pijama, sin maquillaje y sin peinado, la casa tirada, sin cocinar, vivía el día entero en el cuarto, entre lágrimas y risas, perdía la noción del tiempo.
¿Será siempre así? -Me preguntaba- y veía a mis amigas con sus bebés y pensaba: ¿cómo le hizo? Y yo ¿en qué me metí?
Y Leyendo sobre lactancia ¿porque duele tanto, que está mal? Y sobre el sueño ¿Por qué no me deja dormir? Porque quiere estar pegado a mí.
Sin embargo, aquí estaba enamorada y entregada al cien, viendo el producto de mi amor, observando sus pequeños dedos, sus ojos y sus manos aferradas a mi asegurándose que no lo soltara.
Porque soy su mundo, es lo único que conoce y así lo empecé a conocer, así nos empezamos a conocer.
Bienvenida maternidad.